El proyecto de rediseño de la aplicación GVA +SALUT surgió con el objetivo de modernizar su interfaz visual y alinearla a estándares actuales de diseño digital. Mi participación se centró exclusivamente en la parte de diseño UI, ya que toda la investigación, definición de flujos y decisiones de experiencia de usuario fueron desarrolladas previamente por el cliente.
La aplicación contaba con una estructura funcional clara, pero presentaba diversos problemas visuales que dificultaban la interacción. El uso excesivo del color rojo generaba una sensación constante de alerta, incluso en secciones que no requerían urgencia. Los elementos carecían de jerarquía, lo que hacía difícil identificar qué información era prioritaria y dónde debía enfocarse la atención del usuario. La tipografía no diferenciaba entre títulos, subtítulos y contenido, y la navegación dependía de un menú lateral poco accesible.
Mi trabajo consistió en transformar esta base funcional en una experiencia visual más clara, legible y coherente. Para lograrlo, propuse un nuevo lenguaje gráfico apoyado en el uso de tonos neutros y espacios en blanco que transmiten calma y limpieza, reservando el azul como color principal para destacar acciones importantes. La información se organizó en tarjetas con bordes redondeados y divisiones bien definidas, lo que permitió a cada bloque de contenido respirar y facilitar su lectura. La jerarquía tipográfica se rediseñó para guiar al usuario de manera natural a través de títulos, subtítulos y descripciones, mejorando la escaneabilidad de la pantalla.
El resultado final es una interfaz moderna, accesible y coherente con la identidad de la marca, que prioriza la legibilidad y la claridad de las acciones. Se desarrollaron además versiones en modo light y dark, ampliando las opciones de personalización y mejorando la accesibilidad en distintos contextos de uso. El rediseño logró mejorar la percepción general de la aplicación y dotarla de una estética más actual y profesional.
Este rediseño demuestra cómo, incluso sin modificar la arquitectura de la experiencia, una nueva capa visual puede aportar valor tangible al producto digital, ayudando a que los usuarios comprendan mejor la información y actúen con mayor confianza dentro de la aplicación.